Come lo que quieras y deja a un lado la porción extra que no necesitas consumir de forma inmediata. Una breve guía para avanzar en la reducción del desperdicio de alimentos a nivel mundial tomando acción local.
Come lo que quieras, pero ¿qué podemos hacer para evitar el desperdicio de alimentos?
Prepárate para que la disfrutes libremente y; come lo que quieras tomando control del desperdicio. La naturaleza es eficiente evitando los desperdicios, si los genera en un proceso, los aprovecha luego, vamos a imitarla así:
- ¡Reducir el consumo!. El primer paso para evitar sobras es escoger en el menú, el plato más apropiado. Muchos restaurantes ofrecen media ración. Si tienes compañía, intenta llegar a un acuerdo para compartir y no tendrás sobras para llevar. Evitar el desperdicio puede hacerse una costumbre consciente en el círculo social.
- Lleva contigo un contenedor reusable para llevar los alimentos y no te sorprendas ‘cargando’ las sobras en envases plásticos de un solo uso o el vergonzoso y deleznable poliestireno. Nota que señalo la palabra cargar porque está probado que estos envases son una carga para nuestra salud y la de los ecosistemas.
- Identifica un centro de desamparados que reciba alimentos o iglesia que los necesite y organiza tus entregas según tu rutina. Si salir a comer es parte de tu rutina, puedes hacerlo una vez por semana y es posible que puedas incluir los restos de alimentos preparados en tu hogar o para una fiesta, que también quedan a veces sin consumir. Con el tiempo te podrás involucrar y donar más que los extras.
- Practica el poder de la participación política para rescatar los alimentos y evitar la contaminación y el peso de la carga social por su desperdicio: como la Ley del Buen Samaritano, que exime de responsabilidades a quienes donen alimentos en buen estado. Una barrera que limitaba a los comercios con interés en hacer estas donaciones por el temor a ser demandados.
En los restaurantes dejo casi la mitad de la comida en el plato y es porque sirven demasiado. Mientras estoy comiendo no toco lo que sé que voy a dejar. ¿Qué es más ecológico, dejar la comida en el restaurante o salir con la bolsa y el candungo?, me preocupa estar haciéndolo mal porque no soy bien vista cuando me llevo la comida. —Martha
Querida Martha,
Gracias por interesarte en hacerme ésta pregunta. Conservar el equilibrio del planeta depende de nuestras decisiones y de la forma en que las manifestemos. La opción ‘más ecológica’ es la que vibra contigo. Soltando prejuicios sociales como ese de ser 'mal visto' por otros; y, tomando acción con el poder de la información.
Culturalmente interpretamos ‘lo que sobra’ como algo de menos y le despreciamos y rechazamos. Yo prefiero llamarles EXTRA; y reconocerles como ganancia. Al fin y al cabo, tener de más es abundancia, pues vamos a recibirla con gratitud. Salir con más alimentos se puede sentir bien basado en la intención y las circunstancias.
Gracias nuevamente, por traer una preocupación ambiental en constante aumento: los desperdicios orgánicos. Actualmente, la mayoría de los restaurantes tienen por costumbre servir porciones más grandes de las que podemos o debemos consumir. Aunque sea la estrategia para justificar los precios o un esfuerzo por igualar a la competencia; ésta acción resta y produce pérdidas.
La mayoría de los restaurantes sirven porciones más grandes de las que podemos o debemos consumir. Aquí tienes buenas alternativas.
¿Qué hacer con el medio plato que quedó?
—Evitar que quede es lo más fácil. Por ejemplo, ordenando raciones más pequeñas. Algunos establecimientos permiten ordenar media ración. Conoce de antemano cuáles son los lugares que ofrecen media porción y así consumes solo lo que quieres y estarás pagando solo lo que consumes.
Así ahorras dinero y el establecimiento también ahorra en el manejo de los residuos orgánicos de ésta fuente. Comparte con la administración de tu restaurant favorito la inquietud que tienes por reducir el desperdicio de alimentos e invítale a jugar un mejor rol en la salud humana y ambiental. Son algunas ideas que te convierten en participe activo del desarrollo de tu comunidad.
También puedes eliminar la orden de una entrada o appetizer, y solo pedir un plato principal. Considera elegir un lugar en el que aprecias los alimentos y el servicio, así como la flexibilidad para ordenar lo que realmente te apetece. Ir a un restaurant decepcionante es asegurar una cantidad significativa de desperdicio de alimentos. Por eso, si no conoces el lugar, busca las referencias más recientes.
Si te gusta aventurarte y visitar lugares que no conoces, como a mi, la idea es sencilla. Haz una pequeña lista de las cosas que te importan cuando vas a comer: Tipo de alimentos, tiempo de espera, servicio, etc. Coteja con las referencias de tus amistades e inclusive con los comentarios disponibles en internet.
Te sorprendería ver cuánto se disfruta una elección consciente e informada. ¡Eso sí! No pierdas el gusto por aceptar lo desconocido y deja que tu mente descanse de su adicción al control. Cómo dice el dicho... Ni tan calvo ni con dos pelucas.
Si a pesar de tomar decisiones en forma consciente, no es posible evitar las sobras; no te preocupes, son muchas las formas en que podemos manejar las sobras para que no terminen siendo desperdicio.
Solo elige llevarte lo que queda si tu intención es consumir o usar o dar a alguien esos alimentos. Por lo cual, tengo que decir que Martha hace muy bien al separar lo que sabe que no comerá antes de comenzar a comer. Es una práctica saludable en dos sentidos. Te aseguras de no excederte en el consumo y mantienes la higiene de los alimentos, seas tú u otra persona quien vaya a disfrutar de la segunda porción.
Te digo que consideres tu intención de consumir o usar o dar esos alimentos porque probablemente has vivido la experiencia de llevarte lo que queda para terminar tirándolo a la basura más tarde. Es incómodo el viaje y luego ocupan espacio en la nevera. Si no los refrigeras pronto no será seguro consumirlos y si los dejas mucho tiempo en el refrigerador tampoco.
Son tantos factores a considerar que un día será conveniente y el otro no. Siempre va a depender de las circunstancias. En fin, que sí vas a llevarlos para que igual terminen en la basura, no hace ningún sentido y es una "mentira verde" que no beneficia a nadie. En especial, cuando el restaurant composta y tu no o tiene un manejo de residuos orgánicos más eficiente que el que tiene tu municipio.
Ya a ésta altura con tantas variables, puede que comience a sentirse confuso, pero confío plenamente en tu capacidad de digerir ésta información. Excelente momento para acotar que no hay soluciones ni comportamientos absolutos para contribuir con la reducción del impacto ambiental. Las soluciones en blanco y negro no existen. Hay matices, ya ves, que llevarse lo que queda de un restaurant para tirarlo en casa puede ser menos ecológico para unos y más ecológico para otros.
¡Eso sí! Y, otra vez volvemos con las condiciones. Acostumbra a llevar contigo un envase reusable y olvídate de las bolsas plásticas. No queremos que sea peor el remedio que la enfermedad. Ya sabemos que los envases que ofrecen en la gran mayoría de los restaurantes son inaceptables, no degradables ni reciclables.
Volviendo al ejemplo de arriba. Si el restaurant no composta los residuos orgánicos pero tú si lo haces, pues lleva las sobras aunque no tengas intención de consumirlas. Es más "ecológico", quiero decir, más amigable con el ambiente y los seres humanos que dependemos del planeta. Poco podría agregar aquí, porque una persona que composta, muy probablemente lleva un envase para recoger la porción extra y difícilmente acepta un envase desechable indestructible como recipiente.
¿Sabías qué? — El 40% del desperdicio de comida lo causa en los países industrializados: el comercio de minoristas al tirar alimentos no vendidos y el consumidor, al generarlo en el hogar, restaurantes o cafeterías.
La mayoría de los restaurantes fallan en manejar los residuos orgánicos. Entonces, su responsabilidad es proporcional a la cantidad de personas que sirven. Que la tuya no sea proporcional a lo que dejes. Pero, quiero aclarar, que de manera alguna, evitar que quede comida en el plato puede entenderse como comérselo todo.
Come lo que quieras y, si queda, lleva y maneja tu porción, es lo recomendable. Le decía a mis hijos: — Come lo que quieras, porque aprendí que forzar a un niño a terminar lo que hay en el plato es motivar la gula. Además, en todos los sentidos, comer lo que quieras, mientras puedas, te hace feliz. Así que ¡come lo que quieras y serás feliz! Especialmente si se trata de chocolates, digo yo.
Si al llevar las sobras tu intención es consumirlas o usarlas o dárselas a alguien, acostumbra a llevar contigo un envase reusable y olvídate de las bolsas.
¿Por qué cambiar la imagen que tenemos de pedir para llevar lo que queda?
La imagen que tenemos de las sobras de alimentos influye en las decisiones que tomamos sobre ellas. La respuesta más común tiene que ver con la percepción de que aquello ‘que sobra’, es automáticamente desperdicio.
La connotación que le damos las 'sobras', más allá de entender que están de más, es que no tienen utilidad. Por eso, ‘sobran’. Asimilar que, en sí mismas, son ‘necesarias’ porque sirven de alimento, cambiaría significativamente esa percepción.
Se me ocurre percibir las sobras como porciones ‘extras', porque son ese poco más que no vamos a comer. Este término obra diferente en nuestra realidad, se siente como un más, en vez de un menos, ¿verdad?.
Hay personas que se avergüenzan de llevarse la comida extra del restaurante ¡cómo si tomar lo que ya has pagado fuera un robo! Pues, ¡Come lo que quieras! y que 'Digan lo que quieran'. Etiquetas sociales como: “guárdamelo para el perro”; “me llevo los huesos para el perro” y otras menos afortunadas ¡que pasen al desuso!. Es y tiene que ser más vergonzoso desperdiciar alimentos que aprovecharlos. Más aún en estos tiempos de cambio climático y de hambre en el mundo.
Quienes con orgullo se llevan lo que quedó para otra comida, bien aventurados sean. Admiro a los que tienen la creatividad de acompañarle con algo hecho en casa. Son admirables porque están viviendo a plenitud su momento de tomar control sobre su alimentación. La “bolsa del amo” es el envase reusable de quien tiene el buen gusto de disfrutar de un restaurant evitando el desperdicio. Cuando es 'de moda' el envase reusable, la conexión se fortalece.
La “bolsa del amo” es el envase reusable de quien tiene el buen gusto de disfrutar de un restaurant evitando el desperdicio. Cuando es 'de moda' el envase reusable, la conexión se fortalece.
Estamos construyendo una sociedad responsable que intenta evitar el desperdicio. Aunque algunos fallamos algunas veces en consumir a tiempo esos alimentos. Soy testigo de que es posible despertar la consciencia cuando nos quedamos dormidos en los laureles. Me he propuesto crear recordatorios para buscar recetas y servirlas y vuelvo a fallar. Me frusto cuando llega el Domingo y encuentro algo en la nevera que desperdicié. Así que me senté a buscar otra alternativa y pienso establecer un sistema de composta en casa; luego les cuento, si no consumo todo, al menos hago abono. Así manejo mi frustración y me alegro de estar avanzando.
También hay quienes por costumbre o razones de salud, son incapaces de consumir sobras pero se sienten afectados al desperdiciar alimentos. Si te quedan sobras y eres de los que pasa en aquello de comerlas luego, averigua si el restaurante dona o composta los restos de comida. Trata de elegir establecimientos que contribuyan con la reducción del desperdicio. Composta en tu hogar o dona a la iglesia, a una organización que provea alimentos para los necesitados o a un centro de desamparados, puede ser una solución para todos.
Come lo que quieras, pero ¿qué podemos hacer para evitar el desperdicio de alimentos? #EatWhatYouWantDay
Pregúntale a Mildred es nuestra oportunidad de estar conectados, gracias por dejarme guiarte con tus dudas, recuerda compartir y si quieres preguntarme algo, entra en este enlace.