Última actualilzación 2018-13-12 por Mildred Real
Los expertos estiman que para finales del siglo — de persistir el escenario actual de emisiones de gases invernadero—; habrán millones de desplazados climáticos en el mundo. Cifras que impresionan a la comunidad pero la divorcian de esta realidad que estamos viviendo en forma progresiva.
La dimensión de millones es intangible a la mente que: primero; percibe que esos millones se darán en un determinado día, no que se acumulan día tras día; y, segundo, se queda esperando que en la fecha prevista se cumplan las predicciones como si fueran «profecías«.
Las predicciones son basadas en diversos y supuestos escenarios de investigación. Así que, sí los escenarios cambian, las predicciones también. Entonces, decir que en el mundo habrán 50 millones o 1000 millones de desplazados climáticos; solo causa desconexión, porque poco o nada queremos pensar en tragedias.
El escenario deseado es aquel en el que los cálculos actuales dejen de aplicar. Las cifras del escenario actual son consecuencia de las acciones que hemos tomado. Pero, más lamentable aún, de las que dejamos de tomar también. Sí nos desconectamos, en lugar de ser parte de la solución, somos parte del problema.
El escenario de emisiones y las medidas de adaptación determinan la resiliencia, es decir, la capacidad que tenemos de sobreponernos a las consecuencias del cambio climático.
Nuestra civilización: ¿soportará el desplazamiento de millones de personas que huyen poco a poco de las consecuencias del cambio climático?¿estamos considerando los costos de las migraciones y sus consecuencias?¿cuánto de cambio climático vamos a evitar y; cuánto a gastar en adaptación y reparación?
La relación causa-efecto del cambio climático causa desplazados climáticos
El cambio climático causa migraciones todo el tiempo y en el país no somos la excepción.
Por ejemplo, el aumento de las temperaturas por el cambio climático — causado o no por la civilización— amenaza los sectores agrícola; pesquero; comercial; el desarrollo urbano. Ante la pérdida de sus medios de vida, las poblaciones que dependen de estos sectores se ven obligadas a migrar.
En la región del Corn Belt, al medio oeste del país, las intensas sequías han afectado los medios de vida. Agricultores que dependen de cultivos sensibles al aumento de las temperaturas —como el maíz y la soya—; ya han migrado para conseguir su sustento.
Cuando se trata del aumento del nivel del mar, aquellos que viven en las zonas costeras son desplazados por la “intrusión” del océano en la zona continental que ocupan.
En Alaska, los 600 habitantes de la isla Shishmaref, antes de construir un muro, decidieron mudarse. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército estima en $180 millones su traslado de supervivencia. Aunque nada pagará el significado de esas tierras para el pueblo esquimal. Parte de su identidad cultural reposará en los cementerios que dejan atrás hundidos en el mar.
Los países desarrollados tienen una capacidad finita de absorber las migraciones internas sin conflicto y, recibir inmigrantes por razones humanitarias. Pero, los países en desarrollo ¿podrán soportar la presión?¿cuáles serán las rutas migratorias?
Las investigaciones que intentan responder estas preguntas arrojan cifras para la toma decisiones informadas. La capacidad de sobreponernos y evitar los costos de reparación de daños dependerá de cuán acertados seamos en las decisiones.
Queda de nosotros evitar los desplazamientos humanos; promover una economía baja en emisiones de gases efecto invernadero; impedir que se continúen expandiendo fuentes de contaminación como las exploraciones petroleras y, estar preparados para cualquier escenario.