La bondad es una virtud intrínseca de los seres humanos. Cuando se trata de nosotros mismos, es fácil pasar desapercibido cuán bondadosos dejamos de ser, especialmente aquellos que nos hemos acostumbrado a anteponer a otras personas en nuestra vida.
Las madres somos el mejor ejemplo de cómo se puede, prácticamente, renunciar al amor propio por el amor a los hijos. La Madre Naturaleza no es la excepción. Ella nos cobija y nos provee sin condiciones. Pero al igual que quienes desempeñamos el rol de madres, necesita quererse a sí misma para sobrevivir. Eso explica por qué podemos percibir su enojo en muchas circunstancias.
La Tierra se ama a sí misma, se autoregula para sostener la armonía, especialmente cuando nuestra intervención le afecta. Lo mismo estamos llamados a hacer los seres humanos. Si algo buscamos todos, sin excepción, es la felicidad. La bondad es una fuente infinita de felicidad que comienza con nosotros mismos.
¿Cómo podemos beber de la fuente de la bondad?
Hay una sola persona en el mundo con la que tendrás una relación de por vida, esa eres tú. Así que, se bondadoso contigo:
- Dedícate tiempo: el tiempo es nuestro mejor amigo, pero hace falta dejar de luchar con el tiempo. Juega con tu tiempo para ti. Todos los días puedes dedicar tiempo para hacer algo por ti, es un asunto de bondad.
- Premia tus logros: puede que el mundo celebre tus logros, puede que no. Pero si quieres beber de la fuente de la bondad, necesitas premiarte por tus logros, por pequeños que sean.
- Cultiva tu defensor interno: vigila los jueces que llevas por dentro y notarás lo duro e implacable que es uno de ellos. Esfuérzate por escuchar al otro juez, ese que se esmera en defenderte, pero no estás dejando que abogue por ti.
- Perdónate de una buena vez: ¿cuánta bondad hace falta para que puedas perdonarte por lo que hiciste alguna vez? Si algo tienes que perdonar, es porque ya pasó. Entonces, lo único que tienes a tu alcance para cambiarlo es perdonarte.
- Cuídate bien: y es que no hay otra manera de cuidarse. Tu cuerpo, tu alma y tu mente necesitan de tus cuidados amorosos. Desde los alimentos que consumes, tu estilo de vida y apariencia, hasta la liberación del estrés.
- Respétate a ti mismo: eres un ser único lleno de valores que no puedes negociar. Procura ser profundamente respetuoso contigo.
- Consiéntete sin reparos: si las cosas no salen bien, no hay necesidad de hacerlas más difíciles. Finalmente todo pasa y hay que dejar que se terminen las dificultades. Repara el daño con una dosis de amor.
¿Cómo derrochar bondad a otros y al Planeta?
Si con alguien tendemos a ser muy, pero muy duros es con nosotros mismos. Eso es lo que hemos aprendido, es tiempo de desaprender y reaprender. Porque cuando nos regalamos la infinita bondad tenemos las manos llenas para dar.
Ahora vuelve al número uno de la lista y cambia el sujeto por tu familia, amigos, vecinos, o La Tierra. Imagina cómo sería el mundo si practicáramos esas 7 premisas con otros y con el planeta.
La bondad no tiene límites, ser bondadosos con el entorno y sostener esas relaciones naturales que hemos venido a experimentar en La Tierra —incluida la relación con nosotros— es gratificante en extremo.
La lista puede ser interminable, como infinita es la bondad. La conexión natural con los seres humanos y, con la naturaleza y su vida diversa; es un nexo intenso que nos llena de felicidad. Disfrútalo.