Sin duda Harvey tiene el potencial de causar un duro golpe a la nación desde el punto de vista social, económico, político, energético y ambiental. Las perforaciones en aguas profundas en zonas de huracanes imponen un riesgo exacerbado al bienestar de la población.
En anticipación al paso de la Depresión Tropical Harvey, Texas declaró Estado de Desastre para 30 condados. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) espera que el Huracán Harvey, ya en categoría 1, continúe fortaleciéndose. Entre la tarde del viernes y el sábado por la mañana estará tocando tierra en Texas con categoría 3.
Si las expectativas actuales de la NOAA se cumplen, el huracán Harvey será el primer huracán de importancia que toque tierra —entre los clasificados con categoría 3 o superior—, desde que lo hicieran cuatro huracanes importantes (Dennis, Katrina, Rita y Wilma) en el año 2005.
La NOAA espera períodos prolongados de lluvias torrenciales y vientos con el potencial de causar graves inundaciones en la región por la baja velocidad de la tormenta; y las predicciones de que se detendrá sobre Texas por un tiempo considerable. Si no se atienden las órdenes de evacuación y se toman las previsiones; la población afectada atravesara momentos dificiles.
Pero, más allá de la preocupación que existe sobre las medidas de seguridad para proteger la vida de la población local; poder atender las emergencias y las necesidades básicas frente a un huracán de estas dimensiones; las inundaciones y fuertes vientos del Huracán Harvey también tienen el potencial de afectar la infraestructura energética de la región.
Harvey puede causar una crisis energética y ambiental que debemos evitar
El Golfo de México representa casi el 20% de la producción total de crudo de Estados Unidos. La costa del Golfo de Texas, alberga gran cantidad de infraestructura de petróleo y gas natural; casi un tercio de la capacidad de refinación estadounidense está ahora en riesgo.
Los tres huracanes más recientes en la costa del Golfo de los Estados Unidos fueron Isaac en el año 2012; Gustav en el año 2008; y, ese mismo año, Ike que afectó directamente a Texas. Las tres tormentas afectaron la infraestructura de petróleo y gas natural de la región, cada una de las cuales cerró en más de un millón de barriles por día de producción de petróleo crudo y más de tres mil millones de pies cúbicos diarios de producción de gas natural.
Conocemos lo trágico que puede ser un derrame petrolero en el Golfo de México. Todavia no nos hemos recuperado del Desastre del Deepwater Horizon de BP en el año 2010. Desde el jueves 24 de agosto, varias compañías petroleras ya habían cerrado la producción de varias instalaciones y habían evacuado personal de las plataformas en el océano.
Harvey ya esta impactando la disponibilidad de combustibles fósiles para la nación. La naturaleza nos recuerda que no es sensato extraer petróleo en aguas profundas susceptibles a eventos naturales. Especialmente en estos tiempos en los que el cambio climático amenaza con intensificarles.