Bienvenidos a "Cómo Vivir Mejor". Un pensamiento positivo nos ayuda a superar un malestar o una tristeza. Las actitudes que tenemos son armas poderosas para vivir mejor. Yo soy Mildred Real y te invito a practicar: cómo vivir mejor desde el amor por uno mismo y a ejercitar hábitos como el recibir con agradecimiento para así generar emociones que te ayuden a sentir muy bien. Esto y mucho más aquí en “Cómo Vivir mejor”
Muy buenas tardes, amigos. Bienvenidos a "Cómo vivir mejor". Yo soy Mildred Real con Alexis en los controles. Comenzamos este espacio dedicado a estabilizar esas emociones que llevamos todos los días con nosotros. Y ¿cómo vamos a estudiar este trabajo tan bonito de manejar nuestras emociones, de sentirnos alineados, mente, cuerpo y espíritu? Pues bueno, hoy vamos a hablar sobre nuestra experticia.
Cada uno de nosotros es experto. Es el mejor experto que puedes encontrar en tu vida. No hay nadie más experto que tú en tu vida y nos vamos desarrollando. Vamos adquiriendo esa experticia, no en el colegio, no en la universidad, tampoco en la universidad de la vida. Lo vamos haciendo a medida que respiramos. Así de sencillo, nos convertimos en expertos de una forma de respirar y de manejar nuestras emociones día a día, y lo hacemos de forma automática. Vamos por ahí caminando y haciendo las cosas como vamos imitando al mundo que nos rodea, acostumbrándonos a hacer las cosas de una manera para poder llegar a dónde queremos llegar sin analizar a veces que hay unos hábitos tóxicos por ahí que tenemos que cambiar.
Así que hoy vamos a estar hablando de esto, de nuestros hábitos, de nuestra manera de creer que podemos hacer las cosas siempre de la misma forma y conseguir un resultado diferente. Y también vamos a darle un poquito de mente al tema de la psicología educativa: cómo vamos a trabajar con los jóvenes, con los niños en nuestros hogares, cómo podemos darles y brindarles todos los espacios necesarios para que ellos tengan una autoestima alta y puedan, en este mundo que les ha tocado vivir, tener las mejores experiencias posibles. Si desde el principio comenzamos nosotros a sentirnos así.
Así que, enlazando un tema con el otro, porque el hábito hace al monje, te invito a que te quedes aquí en "Cómo vivir mejor" conmigo para que podamos explorar todas estas formas de mejorar nuestra calidad de vida, de mejorar nuestro estado de ánimo y de ser mejores personas cada día.
Y aquí estamos de regreso en "Cómo vivir mejor". Yo soy Mildred Real con Alexis Guevara en los controles en este espacio todos los días a las tres y media de la tarde, dedicado a mejorar nuestra manera de relacionarnos con nosotros mismos y con nuestro entorno. ¿Cómo podemos ser mejores personas? ¿Cómo podemos pulir esa versión de quienes de verdad somos frente a esa estatua empolvada que llevamos por la vida llamándonos nosotros o yo? Asi vamos, decimos "bueno, yo soy así", pero nadie es así siempre. Todos nos vamos formando y a veces tenemos una coraza que nos va mostrando una cara que a veces ni siquiera nosotros reconocemos en nuestro espejo, y otras veces una con la que nos identificamos muy bien y nos sentimos super identificados, pero que resulta que no corresponde a lo que verdaderamente nosotros queremos en nuestra vida o la forma en que realmente quisiéramos ser.
Y esto es consecuencia de que nosotros en la humanidad hemos tomado la experiencia emocional como una experiencia de vida casi que comercial. Nosotros estamos aquí para vivir nuestra espiritualidad teniendo nuestras emociones y manejando un cuerpo sobre el cual estamos trabajando nuestra vida. Pero empezamos a confundir todos los polos, el norte con el sur y nos vamos al Ecuador y después nos volteamos con el mundo de cabeza porque estamos explorando nuestra vida a través de nuestras emociones, sin tomar conciencia de que precisamente nuestras emociones son las que están controlando o manejando nuestra vida. En el momento en que tomamos conciencia de eso, podemos saber si lo que estamos sintiendo está bien o no se siente tan bien, porque tomamos conciencia de la realidad del presente y de que estamos vivos y de que las cosas que estamos haciendo las podemos hacer de una forma u otra. Y pues podemos conseguir tal vez el mismo resultado haciendo las cosas un poco más fáciles.
Desde que nacemos comenzamos a imitar el mundo. Imitamos a nuestros padres, a nuestros cuidadores, a nuestros hermanos. Comenzamos a tratar de hacer lo que ellos hacen. Si ustedes observan a un niño o se recuerdan ustedes en algunos momentos de su etapa infantil, se paran enfrente al espejo y empiezan a hacer muecas y a bailar. Estamos imitando y comunicándonos hasta con nosotros mismos a través de la imitación. Y esto hace que terminemos asumiendo hábitos que no necesariamente son nuestros. Es lo que llamamos como una especie de pacto social. Nosotros nos levantamos y nos vestimos porque nos enseñan a vestirnos, porque vemos que otros se visten y así vamos llevando la vida. No es que eso esté mal, lo que pasa es que tenemos que tomar conciencia de que estamos haciendo las cosas por una intención social de formar parte de una comunidad.
El ser humano es de naturaleza gregaria. Necesitamos formar parte de una comunidad. Nacemos en una pequeña comunidad que es el núcleo de la sociedad que es la familia. Y luego comenzamos a generar nuestros propios estilos de comunicación que terminamos llamando hábitos. Entonces nos acostumbramos a hacer las cosas de una manera porque nuestra familia las hace de esa forma, y nos acostumbramos incluso a explorar el dolor en la forma en que nuestra familia lo hace. Hay familias que enfrentan un duelo de una forma y hay familias que lo enfrentan de otra.
A veces le preguntamos a una persona: "¿Por qué tienes que guardar luto un año? ¿Por qué te tienes que vestir de negro?" Y esa persona responde: "Porque mi familia se viste de negro un año, porque es la manera de guardar luto". Y hay familias en donde las personas no se visten de negro porque ellos no guardan luto vistiéndose de negro, y eso es lo más natural que hay. Pero esas son cosas que son súper evidentes a nuestra percepción, podemos ver claramente la diferencia entre la forma en que maneja el duelo una familia y la forma en que lo maneja otra. Hay familias que llegan llorando al cementerio y hay familias que no entierran a sus muertos.
Así que van y los creman o manejan otros rituales. Y esas son cosas súper evidentes. Ahora, cuando nosotros hablamos de otro tipo de hábitos, como el hábito alimenticio por ejemplo, es probable que sí veamos que las familias, cada vez menos, pero podemos observar que en la familia, si son familias con tendencias a la obesidad, si algún miembro de la familia es obeso, las probabilidades de que sus familiares, también sus padres o sus otros hermanos sean obesos, son altas. Digo cada vez menos, porque el tema de la salud, desde el punto de vista alimenticio, como se ha confundido también con el tema de la moda y otras cosas, ha hecho que muchos jóvenes se rebelen a los hábitos alimenticios de los padres. Así que sería un buen ejemplo para mostrar cómo el hábito, no necesariamente, debe corresponderse o convertirse en un vicio, y cómo la diferencia entre un hábito y un vicio se puede identificar.
Así que nosotros podemos decidir tener un hábito diferente. Nosotros podemos decidir cambiar el hábito que tenemos, pero la única manera de tomar esa decisión y saber cómo sentirnos y decidir cómo sentirnos es reconocer que el hábito existe. ¿Cuántos hábitos tuyos conoces fuera de la rutina normal? Saca la rutina del camino, que también es importante evaluarla. Pero para no hacerlo tan sencillo y para que exploremos un poquito nuestra mente, vamos a pensar en los hábitos que nosotros tenemos fuera de la rutina del día a día: levantarte, dar gracias a Dios (a lo mejor no lo haces, a lo mejor sí), ir al baño, tomar agua, lavarte los dientes, ducharte. Vamos a dejar los hábitos de rutina para hablar de los hábitos de vida.
Hábitos como, por ejemplo, el hábito de negar la realidad, el hábito de no ver lo que todo el mundo ve, el hábito de hacerse la víctima, el hábito de desear lo que otros tienen por encima de lo que nosotros tenemos. Esos son hábitos que probablemente no los puedes ver en un círculo familiar. ¿Por qué? Pues sencillamente nosotros nos conocemos persona a persona, no familia a familia. Pero pueden estar siendo parte de una herencia familiar y de una manera de comunicarse.
Yo quiero hacer una acotación aquí. De ninguna manera estoy culpando a la familia. Al contrario, es la forma en que nosotros podemos analizar si nosotros estamos asumiendo una conducta por una situación específica o si la estamos asumiendo voluntariamente. Así que hay personas que piensan diferente que el resto de su familia y hay cosas en las que podemos pensar diferente que nuestra familia. Pero hay ciertos hábitos que terminan siendo tóxicos, que están muy relacionados con la forma en que nosotros hemos aprendido a través de la imitación, en cómo las demás personas de nuestro círculo familiar e incluso de nuestro trabajo o nuestra oficina se comportan, porque asumimos los hábitos del grupo.
Entonces esos ladrones de energía hay que identificarlos, hay que verlos cuando estamos hablando de costumbres humanas como desear lo que otras personas tienen. Eso no está mal. Eso es una manera de, de pronto, buscar una motivación. Uno dice: "Bueno, yo quiero ser profesional también". El hecho de que tú quieras ser profesional como otra persona no quiere decir que tengas un mal hábito. Por el contrario, estás buscando una referencia de motivación. Cuando ese hábito de desear lo que otros tienen se convierte en un hábito tóxico es cuando ese hábito te hace desvalorizar tu propia vida, cuando por anhelar lo que otros tienen no aprecias lo que tú tienes, cuando en lugar de querer lograr algo lo que sientes es una molestia emocional porque otra persona lo tiene y tú no lo tienes.
Y cuando ese hábito se convierte en algo repetitivo porque, en realidad, constantemente te estás midiendo en función de lo que otros tienen y tú no, en lugar de valorar lo que tú tienes, independientemente de lo que otras personas tengan. Así que estos hábitos tóxicos nosotros los podemos erradicar de nuestra vida. Por supuesto, no es tan fácil como llegar y decir: "¡Puf!, ya están erradicados. No los quiero más", pero es mucho más fácil de lo que te puedes imaginar.
Al principio, lo primero que tenemos que hacer es darnos cuenta de que existen. Cuando nos damos cuenta de que hay cosas que nos pesan, de que hay cosas que nos provocan estados de ánimo que, en lugar de procurar nuestro bienestar, nos causan un malestar emocional, es el momento preciso para decidir cómo quieres sentirte, porque solamente nosotros tenemos la capacidad de decidir cómo nos queremos sentir y tú puedes decidir sentirte bien independientemente de las circunstancias. Y entonces, parar de repetir el patrón al que estás acostumbrado. Sí, si te hace sentir mal el desear lo que no tienes, entonces tienes que parar de desear lo que no tienes. ¿Cómo lo haces? Pues cualquiera podría decir: "Bueno, si tengo que parar de hacerlo, ya no lo hago la próxima vez". No, no es esperar a que exista una próxima vez. Es enfocarte en otra cosa, enfocarte en lo que tienes.
Si tú te enfocas en lo que tienes, difícilmente tendrás tiempo, capacidad y espacio en tu vida para lamentar lo que otros tienen y tú no. Celebra lo que tienes todos los días y enfócate en ello. Si tienes la tendencia a sentir ese malestar porque deseas tener cosas que no tienes, entonces hoy, en este preciso momento, es el día en el que tienes que comenzar a enfocarte en lo que tienes y levantarte todos los días, pensando en lo que tienes.
En este punto quiero hacer una aclaración. Acuérdense que el tiempo es oro aquí. Es bastante difícil que yo pudiera profundizar muchísimo en este tema, pero para dejar el tema de estos ladrones de energía y de esos hábitos que nos consumen, quiero darte el consejo del día, por decirlo así. Vamos a concentrarnos en algo que tenemos que no tenga nada que ver con eso que deseamos tener de otros.
Vamos a suponer que estamos hablando, por ejemplo, de que tú sufres porque quisieras tener un carro con ciertas características. Si tú sufres porque quieres tener un carro con esas características que no tienes, estás afectando tu vida sin ninguna necesidad y sin ningún valor. Y no estoy hablando de que no tenga valor el hecho de uno desear tener algo bueno, sino de que no tiene valor que tú sientas un malestar que afecta a tus células, tu cuerpo, tu mente, tu alma y tu espíritu, simplemente porque no puedes enfocar tu vida en quizás la oportunidad que tienes de hacer un viaje que quieres hacer.
Fíjate que no te dije que te enfoques en el carro que tienes en este momento, que es la comparación que tú estás haciendo. Fíjate que no te dije "enfócate en buscar la manera de conseguir ese carro", tampoco. Enfócate en otra cosa, haz de tu día a día una empresa importante para conseguir un objetivo importante en tu vida, puede ser un viaje.
Puede ser un viaje, puede ser pintar tu casa, puede ser reunirte con las personas que amas, o comprarte una computadora que nunca se compararía con el precio de un carro como el que tú quieres tener. Pero si tú te enfocas en alcanzar lo que sí puedes alcanzar o en apreciar lo que ya tienes, el tiempo que tú estabas invirtiendo en sentirte mal se convierte en un tiempo que estás invirtiendo en sentirte bien y, por consecuencia, las probabilidades de que puedas alcanzar, algún momento, no digo un carro, un avión, son muchísimo más grandes.
Hay que sentirse bien, hay que apostar por sentirse bien y hay que procurar esos sentimientos de bienestar que todos necesitamos. Vamos a hacer una pequeña pausa y vamos a hablar de la nota del día para ayudar a los chicos de la casa. Así que te pido que te quedes conmigo unos segundos, mientras nos colocamos aquí en disposición para, precisamente, hablar de ese tema.
¿Cómo podemos aumentar la autoestima en los niños? Todos son diferentes. Algunos tienen más facilidades que otros para crecer su autoestima, pero todos podemos ayudarlos a cualquier edad. Hay cosas nuevas que un niño puede aprender incluso durante la primera infancia. Aprender a sostener una taza o dar los primeros pasos provocan una sensación de dominio y de placer. Cuando su hijo crece, cosas como aprender a vestirse, leer o andar en bicicleta son oportunidades para hacer crecer la autoestima.
Cuando les enseñas cómo hacer las cosas y les ayudas al principio, después deja que ellos lo hagan por su cuenta. Incluso si cometen errores, asegúrate de que tengan todas las posibilidades de aprender, intentar y seguir orgullosos. No hagas que los nuevos desafíos sean cosas muy fáciles o muy difíciles.
Elogiarlos ayuda, pero hay que hacerlo con prudencia. Es bueno elogiar a los niños, pero mostrarles que nos sentimos orgullosos sinceramente. Elogiarlos de mas cuando sabemos que lo que ha pasado no tiene esa repercusión les hace sentir el vacío de la falsedad. Hay que ser sinceros y demostrarles que siempre hay espacio para mejorar y que podemos estar orgullosos de ellos siempre, porque sabemos que siempre están haciendo un buen esfuerzo.
¿Cómo podemos ayudar a los chicos de la casa en estos tiempos en los que ellos tienen que pasar por un proceso que nosotros no pasamos? Y déjenme decirles que no sabemos tampoco si es mejor el proceso por el que están pasando ellos. Yo tiendo a pensar que todo en la vida pasa para mejor. Así que, ¿cómo hacemos para ayudarlos a ellos? ¿Para que en estos momentos de su vida, ellos consigan, sobre todo los que ya han empezado, balancear sus emociones?
Bueno, de eso y más puedes tener información entrando en mildredreal.com, en mi página web. Suscríbete a mi boletín de noticias en la primera página. Pero además, tienen la oportunidad de poder explorar el ecoblog en donde, yo con el neurocoaching, he creado una práctica que le he dado en llamar la metodología del eco-neurocoaching para poder compartir con mi comunidad. Todas esas emociones que podemos hacer vibrar en todas las esferas, no solamente los niños, los jóvenes, los adultos, sino en la comunidad, como sociedad civil. Así que entra ahi en MildredReal.com y contágiate un poco con estas emociones de cómo vivir mejor.
Como siempre les digo, la conversación no termina aquí, me sigues en Facebook, Twitter e Instagram como @mildredreal. Así en mi página mildredreal.com y en mi Whatsapp 786-250-1718. Siempre dispuesta a leer sus mensajitos y responderles lo más rápido posible para que podamos conectar con nuestra esencia. Vamos a los estudios ya que seguro, ya mi amigo Freddy Barea está listo para "Tardes para Recordar". Yo también estoy lista aquí para escucharlo. Hasta la próxima.